martes, 17 de febrero de 2009

Alucinación cuarta

Que horrenda esta noche con todos sus vestidos y sus mutilaciones!
Solo la luna contempla mi desvarió, el cruel abismo donde nado absolutamente borracho.
Frente a una tumba me quito las ropas para aligerar la carga.
Y cuando empiezo a gotear, un rostro repugnante se dibuja en las lapidas, es la sangre del lobo que me hace aullar, del lobo que porto en mi interior Su fetidez altera mis muslos y me lleva a vagar sobre las criptas lanzando maldiciones…
Oh lunita lunera! Escupo trozos de cadáver descompuesto aferrado al musgo de mi madriguera salvaje.
El imperio de las carnes se pasea por mi lengua y hablo en gruñidos con los torsos de los muertos…

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