martes, 17 de febrero de 2009

abominaciones

Doctor, mi nombre es José aniso. no he venido aquí para ser curado, solo la hoz de la gran cegadora se podría encargar de ello, solo deseo que me escuche, que su oído inteligente capte la vibra de mis palabras. Sin más preámbulos, debo confesarle que Tengo problemas para mi relación con las gentes. Suelo devorarlos. Suelo tragármelos por vía oral en la más malvada línea del canibalismo.
Mire mis manos, están untadas del error y la salpicacion.
Ayer vi una niña masticando un suave ejemplar de un helado de fresa.
Me apetecía su faldita y la carnita de sus muslos sonrosados.la lleve a mi cuarto con indicaciones de mala entraña y le dibuje en el pizarrón de mi habitación figuras coloridas y fragancias atrayentes para envolverla.
Con decirle doctor que el techo y las paredes fueron literalmente bañadas de sangre. Arrastre sus miembros como un lobo sobre mi cama y los muebles, y el intenso gotear de la sangre me hacia aferrarme a las sillas con la esperanza de encontrarle fin a mis ansias.
Hay días en que el agujero es tan hondo, la desesperación es tan intensa que salto envuelto en un cortinaje oscuro, los callejones mas sórdidos de la ciudad en espera de una victima. Los amo entre grietas corroídas. Bebo su líquido vital apagando el resplandor de su vida con mis dedos. Rasco y araño la medula para ver como los huesos se entibian ante mis ojos.
No ve en estas descripciones, doctor, el perturbado aliento de un desesperado?
Desde niño crecí embriagado en el aroma de la carne.
Mi padre era matarife y colgaba trozos de res desollada a cierta distancia de mi cama para que yo pudiera olerla todas las noches antes de irme a dormir.
El vicio me sedujo en la adolescencia y comprendía el área abdominal de los gatos asándolos vivos.
Aun hoy en día me sorprende el afecto que siento por estos animales, aun que a muchos también me los como con deliciosa parsimonia.
Y no es que yo no sea bueno… pero apuesto que no ha probado un buen trozo de carne humana para saber de que le estoy hablando!
El sabor es una colección de sustancias que te hacen salivar, que revientan tu ganado de espuma… la lengua se llena de sol, de espíritu cardiaco… te levantas para mascar las playas cálidas y escuchas los tambores de una música infernal tocada por dioses de ultratumba!
Las ansias me llaman doctor… como en este mismo instante… sus ojos ceden… se tornan pesados…escuche el matrimonio del cielo con el infierno… escuche al horrendo blake gemir en su peor pesadilla… Mefistófeles toca las cuerdas de la ira
Sienta la presión de mi quijada
Sienta
La presión de su nuevo gobernante
Tranquilo, lentamente descenderá cuando ya no le de por pujar mas
Tranquilo, sentirá el ultimo chasquido,
Sentirá el ultimo correr de su sangre entre mis terribles manos!
Giorgaso.08

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